diumenge, 2 de juny del 2013

LA OPERACIÓN PARA QUITAR LAS MUELAS DEL JUICIO

¿Qué tal?

Hoy me gustaría hablaros de una intervención muy común: la operación para quitar las muelas del juicio. Aunque ya os hablé de ella en la entrada De noviembre hasta hoy, en este post os contaré más detalladamente cómo lo pase cuando me la realizaron a finales de octubre. Era el paso previo y necesario antes de comenzar con el tratamiento de ortodoncia y, por consiguiente, colocar los brackets. ¿Por qué?, la razón es que como tantos pacientes de ortognática y, concretamente los que sufrimos una maloclusión de clase II, tenía cierto apiñamiento en la arcada inferior.Para colocar los dientes en la posición correcta mediante los brackets, mi ortodoncista necesitaba hacer espacio y, para ello, tuvimos que extraer los dos caninos que se habían apiñado encima de los incisivos. Uno de cada lado.



De esta forma, sería posible realizar un movimiento hacia atrás de los incisivos inferiores que se encontraban inclinados y alinear el conjunto de los dientes. A todo esto, se sumaba el hecho de que las muelas del juicio se encontraban en una posición un tanto complicada y era necesario extraerlas. En total, en una misma intervención mi cirujano me extraería 6 piezas. Parecen muchas y lo son, pero realmente no lo pasé tan mal como pensaban que lo pasaría los médicos. Estuve en quirofano aproximadamente una hora, me sedaron y posteriormente me pincharon anestesia local en toda la boca (yo no me enteré). Me fui despertando progresivamente durante la operación, aunque no sentía abolsutamente nada. Todo fue estupendo y no sentí ningún tipo de dolor. Después de la intervención y tras media hora despertándome en una sala de reposo me fui a casa, eso sí, con la boca llena de gasas. Durante los dos días siguientes tuve que dormir incorporada y manchaba la sábana de sangre puesto que no podía dormir con las gasas puestas (sólo me las podía poner durante el día y debía quitármelas para dormir y comer). Sin embargo, en los días posteriores ya pude quitármelas definitivamente. Estuve una semana con medicación, lavándome los dientes con la máxima delicadeza posible y, eso sí, el momento más molesto era la hora de la comida puesto que no podía comer absolutamente nada sólido. Eso fue lo que más me fastidió porque dolor no sentí en ningún momento, sólo la molestia de llevar las gasas y no poder comer como hacía habitualmente. A medida que fueron pasando los días mi dieta se fue ampliando aunque durante aproximadamente un mes se basó en alimentos bastante blandos. Una vez transcurrido ese período, los signos de cicatrización se iban haciendo más evidentes y todo iba volviendo a la normalidad. Estuve unos 5 días en mi casa, no porque me encontrara mal, sino por mi aspecto. Tenía la cara muy hinchada y no me apetecía salir a la calle. Para bajar la inflamación me hacía aplicaciones de hielo en cada lado de la cara, aunque hasta que no pasaron los días no volví a tener un aspecto normal.

Si me preguntáis si es una intervención dolorosa os contestaré que NO, no es dolorosa, es una operación cuyas consecuencias son un poco molestas a posteriori en términos de comida y comodidad. Pero no tengáis miedo a esta sencilla intervención. Es cierto que todos conocemos algún pariente que nos ha dado la lata con el dolor que se siente cuando te quitan una muela del juicio, pero la verdad, creo que es cuestión de que uno no se acabe creyendo que tiene más dolor del que realmente padece.

Así que ánimo a todos los que tengáis que pasar por este pequeño trámite :).

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada